Actualizo... con dos historias muy locales de la ciudad de Cba.
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/explotacion-sexual-primera-persona
Los que siguen son fragmentos en los que distintas personas refieren sus condiciones de vida y de trabajo. ¿Cuáles son los derechos que están vulnerados para estas personas? Considerando las definiciones de la OIT, ¿bajo qué tipo de condiciones de trabajo forzado se encuentran? ¿Resulta fácil separar los distintos trabajos forzados?
"En algún lugar la bajaron de un bus y tuvo que caminar horas y horas por montañas con otras seis chicas. Una trató de escaparse y la mataron de dos o tres balazos… Terminó en una casa de un pueblo donde un señor le dijo que la había comprado y que tendría que trabajar duro para él. Como bienvenida, dos matones la ataron, la violaron. " - Durante el día estaba encerrada en mi cuarto. A la noche me sacaban, me daban alcohol y me obligaban a satisfacer cada deseo de los clientes"-"
Testimonio de Natalia, de Moldavia en Una Luna, de Martín Caparrós, Anagrama. 2009.
Este otro fragmento es un poco mas largo... pero muestra aveces como también esta involucrada la violencia.
Crónica y fotos de la esclavitud en la tierra de nadie
“Nos fuímos de capital, porque había demasiados controles” fue lo que dijo ante las cámaras de canal América Joaquin Ticlla , el dueño del taller esclavo ubicado en la Avenida San Martín 938, en el partido del mismo nombre y a pocas cuadras de Nobleza Piccardo y Carrefour. En ese taller, hasta ayer, diez costureros eran sometidos a trabajo esclavo, en agotadoras jornadas de 6 a 22 horas. La mayoría de los costureros había sido traído directamente de Bolivia con promesas engañosas, la minoría había sido reclutada en la esquina de Cobo y Curapaligue. Todos estaban indocumentados.
Al mediodía del martes 13, Alfredo Mamani, un costurero de 23 años, llegó a la Alameda con su esposa y su beba de dos meses. Su cara estaba desfigurada: un ojo destrozado, el labio inferior hinchado, el cuello rasguñado, su remera desgarrada y con manchas de sangre y su tabique fracturado (ver foto). Su sangre también había quedado en el taller textil de San Martín, donde trabajaba de sol a sol junto a sus compañeros por una paga miserable que ni siquiera se efectivizaba. El costurero fue reprendido por el encargado, un tal Marcelo, por no hacer la tarea que se le había encomendado minutos antes y lo agredió con el rodillo de la over en el rostro y luego lo golpeó sin miramientos. La insólita agresión era claramente una excusa para agredir y echar al costurero sin pagarle las deudas salariales que venía reclamando desde hace semanas.A fines de diciembre y principios de enero, las expulsiones violentas de los costureros son un clásico en la industria textil clandestina: termina la temporada y fabricantes y talleristas se desembarazan de sus esclavos con cualquier excusa, lanzándolos a la calle.
Al poco tiempo llegó la policia llamada por la esposa del costurero que ,por supuesto, nada hizo. Tan sólo llamar a la ambulancia para dejar a Alfredo y su familia en la guardia del Hospital Thompson, donde lo hicieron esperar más de dos horas sin atenderlo.
Harto del manoseo, Alfredo fue a la Alameda y allí denunció todo lo que estaba ocurriendo en ese taller ubicado en esa tierra de nadie que es el Partido de General San Martin, donde la policía coimea, los hospitales no atienden y los esclavistas se hacen la américa.
Más de una hora llamamos al Ministerio Público Fiscal de San Martín que nos dejó esperando eternamente a la “operadora” que nunca atendió.
Alfredo y su esposa querían recuperar desesperadamente sus pertenencias que estaban en el taller y también a su sobrina, H. Q , una adolescente de 17 años que también era sometida a la servidumbre y que había sido directamente traída de Bolivia al taller.
Se convocó al primer canal que se hizo eco de la denuncia para invitarlos a ir al taller urgentemente a rescatar a la menor y a las pertenencias de los costureros.
A las cuatro y media de la tarde llegaron una docena de costureros de la Alameda y los periodistas de América. El tallerista, Joaquin Ticlla, con mujer y tres hijos, nacido en Oruro y ex policia en su tierra no opuso resistencia al requerimiento de pasar al taller a retirar las pertenencias de Alfredo y a su sobrina H Q. Asi fue que los miembros de la Alameda y del canal América ingresaron al taller. Mientras se recogían las pertenencias, las costureras de la Alameda dialogaban con las otras costureras aterrorizadas que aprovecharon la oportunidad para irse del taller junto con Alfredo, hartas del encierro y la explotación.
El taller es una casona derruida, con habitaciones en la entrada tras una persiana azul, con un patio interno y en el fondo el taller. Solamente había dos baños y una habitación precaria en la terraza. Allí trabajan diez costureros para las marcas Ramirson (camperas) y Lidas jean. A los costureros les pagan $ 1,50 por la confección de cada jeans. Pero este miserable precio es virtual, porque todos tienen deudas salariales y apenas recibían migajas de adelanto para subsistir. El taller existe en San Martín hace dos años y es uno de los típicos talleres que se escapó de la Capital ante las denuncias de la Alameda y la oleada de inspecciones. Como ya denunciamos en otras oportunidades, San Martín parece ser una de las zonas liberadas predilectas de los esclavistas.
Ante las preguntas del periodista, el tallerista no quizo revelar quienes eran los fabricantes, es decir, los máximos responsables de ese taller esclavo. No podía decirlo porque, según el tallerista, los fabricantes “son mis benefactores. Ellos me ayudan , me dan máquinas. No puedo ir contra quienes me dan de comer” (sic)
En este momento, seis de los diez costureros, incluída la menor, están alojados en la Alameda. Alfredo está siendo atendido en un hospital con diagnóstico de triple fractura del tabique nasal y otras contusiones. Mañana por la mañana, la Organización Internacional para las Migraciones los espera temprano en su sede para darles contención, orientación y alojamiento.
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